INTRODUCCIÓN

En este blog vamos a comentar ciertos aspectos culturales de algunas de las materias estudiadas en 1º de Bachillerato; latín, griego, filosofía... Además comentaremos la historia y cultura de dos provincias españolas, entre ellas, Barcelona.

Pero, sobre todo, vamos a centrarnos en la mitología de Grecia y Roma y en curiosidades interesantes del aspecto estético de aquella época...

Esperamos que os guste.

La mujer en la Literatura


Safo de Lesbos

Safo fue una poetisa griega, considerada la poetisa más grande de la historia. Nació en Mitilene, isla de Lesbos, en torno al 600 a.C. Su obra poética fue innovadora, casi revolucionaria. Y muchos poetas griegos posteriores fueron influenciados por su obra.
Vida
Safo no solamente era bella, sino que, además, estaba políticamente comprometida, era inteligente y refinada y representó una verdadera revolución social. Fue un personaje de gran influencia y no sólo en su época, ya que nos dejó un legado que ha trascendido en el tiempo.
Era una mujer de corazón ardiente que se enamoró en infinitas ocasiones, unas veces embriagada por el gozo y otras de manera desgarradora y dolorosa llegando al despecho. Su sensibilidad extrema se potencia constantemente en su obra.
Se sabe que procedía de una familia noble y adinerada, que tenía tres hermanos y que estuvo casada con un hombre rico que le dio una hija llamada Cleis. Participó activamente en las luchas políticas de Lesbos y escribió sobre la tiranía de Pítaco, quien estuvo diez años en el poder. A causa de esto fue exiliada durante seis años a la isla de Sicilia.
A su regreso fundó una escuela literaria, en la que se enseñaba además gimnasia, música y danza. Los fragmentos que hoy conservamos de sus poemas indican que Safo enseñó su arte a un grupo de mujeres jóvenes, con las que mantuvo una estrecha relación por las que, según el poeta Anacreonte, sentía atracción sexual (origen del término "lesbianismo").
En la sociedad ateniense, fue considerada transgresora y duramente criticada, ya que solamente las cortesanas, tenían acceso a la cultura y la vida social, mientras que el resto de las mujeres no podían optar a una educación y se ocupaban de las tareas domésticas.
 Poesía
En la poesía de Safo, la sensualidad, el deseo y la religión se confunden en un afán de búsqueda de un nuevo valor opuesto a los tradicionales: la belleza. Presenta la pasión amorosa como una fuerza irracional, situada entre el bien y el mal, que se apodera del ser humano y se manifiesta en diversas formas, como los celos, el deseo o una intangible nostalgia, e incluso produce reacciones físicas. Además su poesía se caracteriza por la exquisita belleza de su dicción, su perfección formal, su intensidad y su emoción.

Safo volcó su alma en sus versos, escribía sus propias emociones: el amor, los celos, las penas de la vejez. "La edad ha arrugado mi piel, y bajo mis labios pálidos (…) pocos dientes se mantienen; en cuanto a mis cabellos (…) sus negros remolinos de antaño son hoy completamente blancos".

Lamento
Dulce madre mía, no puedo trabajar,
el huso se me cae de entre los dedos
Afrodita ha llenado mi corazón
de amor a un bello adolescente
y yo sucumbo a ese amor.


Safo inventó el verso de tres endecasílabos y un adónico final de cinco sílabas, escribió nueve libros de odas, epitalamios o canciones nupciales, elegías e himnos. De éstos sólo quedan algunos fragmentos y dos poemas completos: la Oda a la mujer amada y la Oda a Afrodita, ya que en el año 1703 la Iglesia Católica ordenó quemar todas las copias de los poemas de Safo.

A partir de los fragmentos que se conservan de sus poemas se sabe que Safo rendía culto a la diosa Afrodita y la mayoría estaban dedicados a sus discípulas: son delicados, sencillos, describía con ardor la pasión y el deseo que le inspiraban. "Nada es más bello para mí, que el corazón de la amada"; "El amor es una agridulce fiera indomable". De estos poemas se deduce que se enamoraba de sus alumnas.
  Y sonríes seductora. Sí, esto
aterra mi corazón dentro del pecho,
pues tan pronto te miro un instante,
como ya me es imposible decir una palabra,
pues; mi lengua desfallece en seguida,
un fuego sutil irrumpe bajo mi piel,
nada veo con mis ojos, zumban
mis oídos,
se me esparce el sudor, un escalofrío
me apresa toda, estoy más pálida
que la hierba y me parece que
falta poco para morir.
Pero todo hay que soportarlo, pues .esto es así.
 Muerte
Aunque se calcula que murió cerca del año 580 a.C. no se sabe exactamente cuándo ni cómo ocurrió. En sus poemas de última época se describe a sí misma como una anciana que goza de una vida tranquila, pobre y en armonía con la naturaleza.
Después de su muerte, Mitilene acuñó monedas con su busto y los atenienses le erigieron una estatua en bronce, obra de Silanión. Dos siglos después de su muerte Platón se refiere a ella como ''la décima musa''.




Emily Dickinson

Emily Elizabeth Dickinson fue una poetisa estadounidense nacida en Amherst, Massachusetts el 10 de diciembre de 1830, cuya poesía apasionada ha colocado a su autora en el reducido panteón de poetas fundacionales estadounidenses. Pasó gran parte de su vida recluida en una habitación de la casa de su padre en Amherst, y, excepto cinco poemas (tres de ellos publicados sin su firma y otro sin que la autora lo supiera), su obra permaneció inédita y oculta hasta después de su muerte en 1886.

Emily Dickinson definió su poesía con estas palabras: "Si tengo la sensación física de que me levantan la tapa de los sesos, sé que eso es poesía".

Gran parte de los poemas de Emily Dickinson se refieren a la naturaleza y dedicaba una particular atención a la biología: animales, aves, reptiles, insectos, árboles, plantas y flores.



Vida

Nació en tiempos anteriores a la Guerra de Secesión, cuando fuertes corrientes ideológicas y políticas chocaban en la sociedad de clase media-alta estadounidense.

Provenía de una destacada familia de Nueva Inglaterra muy puritana y religiosa, lo cual influyó sobre la obra de la artista. Emily tuvo dos hermanos; el mayor, William Austin Dickinson y la menor, Lavinia Norcross Dickinson, que fue la "descubridora" de las obras de Emily tras su muerte y se convirtió en la primera compiladora y editora de su poesía.

Estaba muy apegada a los ideales y conceptos puritanos de la época por lo que tardó muchos años en comenzar a rebelarse, aunque nunca de forma completa.

En el año 1840 Emily entró en La Academia de Amherst, que hasta 1838 fue sólo para varones. Allí destacó su talento narrativo. De este período se conserva una carta a su amiga Jane Humphrey, escrita a los 11 años de edad: "Hoy es miércoles, y ha habido clase de oratoria. Un joven leyó una composición cuyo tema era ´Pensar dos veces antes de hablar´. Me pareció la criatura más tonta que jamás haya existido, y le dije que él debiera haber pensado dos veces antes de escribir".

La educación de Emily fue, por tanto, mucho más profunda y sólida que las de las demás mujeres de su tiempo y lugar, aunque se sentía saturada y sobre exigida.

A los 14 años escribe a una compañera una carta donde dice: Terminaremos nuestra educación alguna vez, ¿no es verdad? Entonces tú podrás ser Platón y yo Sócrates, siempre y cuando no seas más sabia que yo".

Su vida privada ha permanecido siempre velada al público, pero solo hace falta echar una mirada a sus poemas para descubrir en ellos una coherencia, pasión e intensidad extraordinarias. La mayor parte de su obra se ocupa de su amor hacia un hombre (cuyo nombre jamás es mencionado) con quien no podía casarse.

Tras las muertes de Newton y Wadsworth, dos grandes amigos a los que admiraba, la vida de Emily quedó totalmente vacía y su único camino para evitar la muerte consistió en la poesía. Se negó rotundamente a la publicación de sus poemas y a que los leyera cualquiera, y comenzó a dejar de salir de la casa de su padre y, con frecuencia, siquiera de su propia habitación.

Samuel Bowles, interesado en la literatura, publicó, en el diario local el cual dirigía,  cuatro de los cinco únicos poemas de Emily que vieron la luz mientras ella vivió (con o sin consentimiento de Dickinson).

En 1862 se publicó (sin firma) Safe in their alabaster chambers y Weary of life´s great mart. Y el célebre poema ‘’A narrow fellow in the grass’’, una verdadera obra maestra, le fue robado por alguien de su confianza y publicado contra su voluntad por el mismo periódico en 1866.


A finales de 1861, la poetisa comenzó a rehuir las visitas y las salidas, y empezó a vestirse exclusivamente de blanco. Y en 1870 la decisión de encerrarse fue ya definitiva: "No salgo de las tierras de mi padre; no voy ya a ninguna otra casa ni me muevo del pueblo".

Sus cartas de ese período demuestran que algo anormal le sucedía: "He tenido un extraño invierno: no me sentía bien, y ya sabes que marzo me aturde". En otra nota de disculpa por no haber concurrido a una cena a la que estaba invitada, dice: "Las noches se hicieron calientes y tuve que cerrar las ventanas para que no entrara el cuco. Tuve también que cerrar la puerta de calle para que no se abriera sola en la madrugada y tuve que dejar prendida la luz de gas para ver el peligro y poderlo distinguir. Tenía el cerebro confundido —aún no he podido ordenarlo— y la vieja espina aún me lastima el corazón; fue por eso por lo que no pude ir a visitarte".

Muerte

Cuando murió el sobrino menor de Emily, quien adoraba a ese niño, se quebró definitivamente. Pasó todo el verano de 1884 en una silla, postrada por el Mal de Bright, la misma nefritis que acabó con Mozart. A principios de 1886 escribió a sus primas su última carta: "Me llaman".

Emily Dickinson pasó de la inconsciencia a la muerte el 15 de mayo de 1886.

Poco después de la muerte de la poetisa, su hermana descubrió ocultos en su habitación 40 volúmenes encuadernados a mano, que contenían la parte sustancial de la obra de Emily: más de 800 poemas nunca publicados ni vistos por nadie. El resto de su obra la constituyen las poesías que insertaba en sus cartas, la mayoría de las cuales pertenecen a los descendientes de sus destinatarios y no se hallan a disposición del público.